Entrevista a Pérez Chiscano (HOY, 12 /5/2008)

Diario HOY, 12 de mayo 2008:
entrevista a José Luis Pérez Chiscano
JOSÉ LUIS PÉREZ CHISCANO, FARMACÉUTICO Y BOTÁNICO
«Me considero naturalista de campo, más de bota que de bata»
12.05.08 -
FRAN HORRILLO

Hablar de botánica en Extremadura, es hablar del villanovense José Luis Pérez Chiscano. Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, a sus 78 años es considerado un polifacético naturalista. En su haber tiene más de 50 trabajos publicados sobre fauna y flora extremeñas, al tiempo que fue socio fundador de la Sociedad Española de Ornitología, de Adenex, de la Asociación de Naturalistas Amigos de La Serena (Anser) y de la Sociedad Micológica Extremeña. También forma parte de diversas sociedades científicas.

--Ecologista, naturalista, biólogo, botánico, ornitólogo, amante de la naturaleza ¿Cómo se define?

--Yo hice la licenciatura de Farmacia y el doctorado lo realicé en la rama de botánica. Por tanto, fundamentalmente me considero botánico, aunque mi afición a la naturaleza es general, sobre todo a las aves. De hecho, llegué a presidir la Sociedad Española de Ornitología, trabajando durante más de 14 años en migración y corología. En ese tiempo anillé 8.700 aves. No obstante, en el sentido amplio de considerar la naturaleza, también podría decir que soy naturalista, aunque el concepto de naturalista hoy en día está un poco más arrinconado por el hecho de que cada vez hay más especializaciones. En la actualidad se sabe mucho de poco y nada de mucho, aunque eso no quiere decir que no haya un interés por conocer, sino que nos indica que hay que especializarse cada vez más para saber de algo. De todas formas, no es naturalista el que sale al campo y dice eso de qué bonita es la naturaleza. El ser naturalista es desempeñar un trabajo científico y yo me considero un naturalista de campo, más de bota que de bata.

--Como botánico quedarán para los anales de la historia los descubrimientos que atesora de varias especies de flora únicas en el mundo. ¿Qué le supone este hecho a usted?

--Para un botánico, el encontrar cosas nuevas para la ciencia sin duda es una gran satisfacción.

--¿Cuáles son las que ha descubierto hasta la fecha?

--Recuerdo que la primera que descubrí fue la orquídea 'Serapias perez-chiscanoi', que vi por primera vez cerca de La Encomienda cuando hacía un herbolario en mi época de estudiante. Entonces no pensé que era una especie, aunque siempre la vi rara. Luego, volví a interesarme y la estudié más concienzudamente y, efectivamente, se comprobó que era una especie única, que aunque primero bauticé como 'serapias viridis', luego se puso mi apellido pues esa nomenclatura ya estaba registrada en Brasil. También, se ha catalogado recientemente otra orquídea nueva, 'dactylorhyza', que descubrí en la sierra de Guadalupe. Por otro lado, también he descubierto dos narcisos, que junto con el compañero Fernández Casas, llegamos a la conclusión que eran especies nuevas. Uno de los narcisos también tiene mi apellido, 'perez chiscanoi', y lo localicé en Puebla de Don Rodriguo, y el otro se lo dedicamos a un botánico portugués y se llama 'narcissus roceirae', y la vi en Herrera del Duque. Por último, también he descubierto una subespecie de orquídea, 'almacerensis ophrys', cerca de Almaraz.

--Desde que era niño está en contacto con la naturaleza. Durante todo este tiempo, ¿ha cambiado mucho el medio natural de nuestra región?

--Muchísimo. Pero lo malo es que ha cambiado mucho en los últimos años. Y eso que esto era casi salvaje. Antes del Plan Badajoz, por ejemplo, los encinares en Villanueva empezaban en La Encomienda y llegaban prácticamente hasta Guadalupe. Incluso, a pie de las sierras, quedaban bosques.

--¿Cuál cree que son las principales amenazas para nuestra naturaleza?

--Sin duda, el hombre, como pasa en todas las partes y, no sólo en Extremadura. Además, los herbicidas son fatales para la biodiversidad vegetal. Y más en invierno, en los regadíos, ya que mucha vegetación palustre, que nace al amparo del humedal, ha desaparecido. Luego, una de las riquezas que tenemos aquí para la diversidad vegetal son los pastizales y en cierta medida mantienen la riqueza vegetal y animal. De todas formas veo un inconveniente, y es que hay un exceso de pastoreo, que en parte está esquilmando ese pastizal.

--¿Sigue siendo Extremadura acreedora del calificativo de 'paraíso natural'?

--Como sigamos así yo creo que lo vamos a perder. El progreso parece ser necesario, pero está claro que se está llevando por delante una gran cantidad de elementos naturales. Las carreteras tan enormes o la propia acción humana, como el empleo de herbicidas en los cultivos, son algunos motivos. Comprendo que se tengan utilizar esos herbicidas, porque para que crezca esa planta es necesario eliminar aquellas que están creciendo al amparo del cultivo. No obstante, utilizan unos productos tan sumamente tóxicos que se elimina toda la vegetación a la vez, y la eliminación de hierbas se extiende a las zonas de cunetas, donde se refugian muchas plantas porque no tienen otro sitio. Aquí, en los alrededores de Villanueva y por estos motivos, han desaparecido varias especies realmente fantásticas.

--Según su opinión, ¿cuáles son las zonas más ricas en flora y vegetación de Extremadura?

--Depende mucho de los suelos. En Cáceres se conserva bastante bien, sobre todo en las sierras, como la de Las Villuercas y sus estribaciones, o Monfragüe, donde se mantiene una vegetación muy buena. De todas formas las sierras de Guadalupe y Las Villuercas se deberían conservar mejor. Son cuatro o cinco alineaciones de sierras muy buenas para la conservación de la vegetación mediterránea, tanto de bosques como de arbustos y herbáceos. La zona de los Barros también es interesante, pero está cultivada desde tiempos inmemoriales y eso dificulta su regeneración. Luego, La Serena es una zona de pastizal, que si se conserva como tal es positiva.

--¿Cree que se lleva un buen control desde la administración de las especies vegetales más amenazadas?

--Se está procurando hacerlo. Ahora hay un equipo de biólogos dedicados a la botánica que están poniendo bastante empeño. Sería interesante promover el que los políticos se dejen asesorar en estos temas por la gente que sabe un poco de esto. Por otro lado, creo que sería interesante hacer algunas zonas totalmente protegidas. Por ejemplo, sería bueno proteger la sierra de Magacela, la sierra de Aceuchal pasando el Guadiana o la sierra de Pela.

--Dicen que su herbario y su biblioteca son un auténtico tesoro, ¿no?

--Bueno, del herbario tengo 6.000, pero parte de él ya lo estoy repartiendo al Jardín Botánico de Madrid, que es el principal herbario de España. Allí ya he mandado muchas plantas. También soy corresponsal de la Flora Ibérica, una publicación que estudia la flora de España y Portugal que ya lleva nueve tomos. Pronto no se donde pondré tantos libros.

--¿Sigue saliendo al campo?

--Sí, desde luego. Aunque en el laboratorio se tiene que estudiar las plantas, la esencia está en el campo y por eso le digo que soy más de bota que de bata.

--Usted fue uno de los fundadores de Adenex. ¿Sigue vivo el espíritu reivindicativo del movimiento ecologista?

--Recuerdo que fundamos Adenex en un bar de Mérida. Empezamos cuatro gatos con Paco Blanco a la cabeza y decidimos ponernos en marcha para promover ante las autoridades políticas que Extremadura era una zona rica en zoología y botánica y había que defender ese patrimonio. Se hizo mucho y, aunque ahora estoy desconectado de ello, creo que se sigue trabajando bien y se reivindica bastante. Pero, nosotros en esa época rompimos el hielo.